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Tariego de Cerrato

Buenos mesones, buenos manjares

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En la ribera del Pisuerga y a tan solo 14 kilómetros al sur de Palencia se llega a Tariego de Cerrato, un destino gastronómico muy popular ya que cuenta con una buena oferta de mesones y restaurantes. Algunos conservan la estructura de la típica bodega excavada y ofrecen productos de la tierra: pimientos de Torquemada, guisantes de Palencia, morcilla de Villada y, por supuesto, el lechazo churro asado en horno de leña. Tariego tiene fama también de buenos panes. Antes de comer, hay que dar un buen paseo por el pueblo para comprar recuerdos gastronómicos y conocer su historia y su arte, que igualmente tiene mucho que mostrar. 

La localidad conserva la arquitectura tradicional, con calles estrechas, y su mayor patrimonio se concentra en la iglesia parroquial de San Miguel, de estilo gótico, construida en piedra en el siglo XVI sobre una anterior dedicada a Santa María. Esta tiene una única nave y fue incendiada durante la Guerra de la Independencia por las tropas francesas. Su castillo ya fue mencionado en el año 917, ya que la atalaya de Dueñas le utilizó como apoyo para controlar el paso por el valle del Pisuerga. En 1217 el rey Enrique I de Castilla falleció en Palencia y su tutor, Álvaro Núñez de Lara, intentó ocultar la desagradable noticia escondiendo el cuerpo en esta fortaleza. A mediados del siglo XIX se podían visitar sus ruinas, pero hoy tristemente han desaparecido por completo, al igual que las antiguas murallas que rodeaban la villa.

 

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