{{title}}
{{buttonText}}

Trebujena

El regalo del dios del vino

Compartir

Trebujena es una tierra creada con el sudor de sus trabajadores que sabe a vino: vino tentador, vino delicioso y de calidad, nacido de la uva Palomino y con Denominación de Origen Jerez/Xeres/Sherry. Un vino que parece un regalo del mismísimo Dionisos porque no puede ser casualidad que a un pueblecito se le haya bendecido con una tierra tan propicia para el cultivo de la uva como la Albariza ni con un clima que mezcle la loma y la marisma, por la proximidad del río Guadalquivir y el parque natural Coto de Doñana. Si quiere deleitarse con ese caldo divino, el turista debe adentrarse en un conjunto de calles soleadas, largas y espaciosas, e ir caminando por la blancura de sus edificios -entre los que destaca la parroquia de la Purísima Concepción o la ermita de Nuestra señora de Palomares- solo interrumpida por algunos inmuebles rojos con ventanas enrejadas y adornos blancos. Un sentimiento inconsciente guía hasta el punto de encuentro de las calles en unas plazas llenas de árboles y lugares para que la gente se siente y salude, por ejemplo, a la plaza de Miguel Campos, siempre y cuando el turista no se quede hipnotizado admirando el extraordinario cielo de Trebujena cuyos atardeceres, entre naranja y azul, son tan espectaculares que han inspirado no solo a varias poesías del cancionero popular andaluz sino al propio Steven Spielgberg para rodar su conocido film ‘El imperio del Sol’. Pero eso no es todo, Trebujena es además fiestas y exposiciones culturales, es tradición de Carnaval, de fiestas patronales, de Semana Santa con quema de los muñecos de trapo Juanillos incluida, es tierra de Navidad, y es lugar de modernidad con las Jornadas de la Mujer.