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Vilassar de Mar

Villa de indianos

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Solamente queda en pie una de las torres de defensa de la antigua muralla que defendía esta población de los ataques berberiscos. La Torre de Can Nadal es una robusta construcción de los siglos XV y XVI de planta circular, testimonio de aquellos tiempos en los que esta villa del Maresme era asediada con frecuencia. La calle más antigua de Vilassar es la de Sant Francesc, que todavía conserva alguna casa típica de pescador. Por el barrio marinero se llega a la Plaça de l’Església, con el templo del siglo XVIII dedicado a San Juan Bautista, aunque su aspecto actual data del año 1945.

Entre 1800 y 1900 fueron muchos los que se embarcaron para ir a Cuba en busca de fortuna y fueron bastantes los que regresaron enriquecidos y nostálgicos de dejar atrás tierras caribeñas. Vilassar recuerda cada año el periplo de aquellos intrépidos viajeros en la Festa de l’Indià, con un recorrido por el impresionante patrimonio que éstos legaron a la villa –Can Bassa y Can Cacho son dos de las casas más destacadas–, un mercado de productos de ultramar con café, ron y chocolate y la ruta de gastronomía cubana. La influencia de los indianos en la villa también se puede comprobar en el cementerio, donde se encuentran magníficos mausoleos.

Por otra parte, Vilassar alberga un importante patrimonio modernista y novecentista gracias a las residencias que se construyeron a finales del siglo XIX y principios del XX cuando se consolidó como destacado destino de veraneo. Esta villa de mar tiene en el Museu de la Marina, ubicado en un bello edificio modernista, un testimonio de la importancia que tuvo como centro de instrucción y de tradición naviera.

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