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La Gran Vía

Madrid, Madrid

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Como Carrie Bradshaw y compañía, con los cafés para llevar y múltiples bolsas de ropa recién comprada, recorremos la Gran Vía. Estamos en un escaparate de lujo para las marcas de ropa de todo el mundo y, a la vez, un lugar donde hasta famosos de pasarela pueden caminar inadvertidos por la multitud. Aquí se extienden las alfombras rojas al paso de las estrellas de cine y explota la magia cada tarde con los mejores musicales. La Gran Vía es un espectáculo.

De este a oeste, guiados por el sol que la ilumina en todos los momentos del día, nos encontramos paso a paso con todas las caras de Madrid. Es pura historia del siglo XX, con su progreso y sus altibajos, pero sobre todo es el lugar que hoy simboliza mejor lo que es esta ciudad: vanguardia y tradición, gente de todo tipo y procedencia, memoria y nostalgia junto a innovación constante. Y no nos equivoquemos: al caer la noche, la Gran Vía sigue brillando, quizás más que nunca, entre el torrente de transeúntes que no cesa y los históricos neones que aguantan el paso de las pantallas gigantes de led en movimiento. La Gran Vía no duerme.

Por si no fuera suficiente, la Gran Vía también puede disfrutarse desde las alturas. Cada vez más edificios, como tiendas, cafeterías u hoteles nos abren las puertas del cielo para asombrarnos con las maravillas de este trozo del alma de Madrid. Es una forma de descubrir sus edificios llenos de historia desde otro punto de vista, de mirar a lo lejos y descubrir los secretos que guardan los gatos en sus tejados y azoteas.

Es la calle 42 de Manhattan, o Broadway, es un amago en miniatura de Picadilly Circus, de los pasos de peatones de Shibuya; sus aceras podrían ser las de París. Es comparada con muchas otras calles del mundo, pero, en realidad, la Gran Vía no se parece más que a sí misma.

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Localización

Gran Vía, Madrid