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Plaza de España

Madrid, Madrid

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La plaza de España de Madrid es como un portal mágico que comunica lugares que poco tienen que ver entre sí. De un lado, la calle Princesa, que lleva al barrio de Argüelles y al castizo Chamberí; de otro, la Gran Vía, un indescriptible ecosistema en sí mismo donde todo cabe. Al otro lado de la plaza, estamos a un paso del Templo de Debod, un templo egipcio milenario, y comienza la cuesta de San Vicente, que lleva al ajetreado intercambiador de Príncipe Pío para desembocar en el río Manzanares; hacia el sur, llegamos a la tranquilidad de la calle Bailén, con nada menos que el Senado, el Palacio Real o la Catedral de la Almudena, donde el Metro en hora punta queda muy lejos.

Norte, sur, este y oeste. Pero añadamos otro eje más a esta plaza, para abrir aún más el espectro visible de Madrid. Si miramos hacia arriba, veremos icónicos palacios madrileños como la preciosa casa Gallardo o el edificio de la Compañía Asturiana de Minas, además de rascacielos históricos como la Torre de Madrid o el Edificio España. Sin embargo, si nos dirigimos hacia abajo, guiados por el delicioso olor que sube a través de los conductos de ventilación, entraremos en un submundo junto a un aparcamiento bajo tierra y, con las paredes desconchadas y una estética imposible, descubriremos ese pequeño restaurante chino que nadie en Madrid llama por su nombre pero que todos conocen.

En la parte central de la plaza hay una frondosa zona ajardinada, con árboles antiguos que dan buena sombra en verano y, en su centro, el gran monumento a Cervantes. Del mismo modo que don Miguel consiguió aunar en su Don Quijote todos los géneros de la literatura de su tiempo, la plaza de España reúne en un mismo lugar todos los universos del Madrid de hoy.

Localización

Plaza de España, Madrid