Cavas Codorníu

Sant Sadurní d'Anoia, Barcelona

Qué ver

Como si de una peregrinación se tratase, en la verja de las cavas Codorníu empieza más que una visita guiada, se trata más bien de un viaje iniciático que le llevará al mismísimo centro de esta bebida espumosa que en España es sinónimo de Navidad. Como las buenas botellas que mejoran la calidad del contenido, las cavas están ubicadas en un conjunto de edificios, diseñado en 1895 por Puig i Cadafalch y declarado monumento histórico-artístico nacional en 1946. Un simple vistazo desde fuera a la casona que recuerda a un castillo medieval con sus torreones de tejado rojo pero de corazón modernista por sus balcones de hierro y sus formas redondeadas ya hace que merezca la pena el viaje.

Sin embargo, lo mejor está por llegar. Es el momento de dejarse sorprender como un niño la víspera de Reyes. El porche de las prensas, de arcos apuntados y resplandeciente cara de vidrio, esconde una sorpresa: en la parte superior escalonada podrá ver varios ejemplos de 'trencadís', esos mosaicos tan típicos de las obras modernistas, realizados con fragmentos de las propias botellas de cava. También tendrá que levantar la vista al cielo para echar un vistazo a los pináculos que rematan otro de los edificios del conjunto. Si por fuera la sensación de estar en un monasterio comienza a rondar por la cabeza; al traspasar la puerta de la sala de recepción, la idea de entrar en una iglesia cobrará más fuerza a la vista de imponentes vidrieras coloreadas y arcos que obligan a mirar hacia el cielo. No en vano, esta sala es conocida como “la catedral del cava”. El recorrido por el museo, la vista de la maquinaria tradicional para contemplar el proceso de elaboración y la degustación de productos de la marca le convencerán de que está en un templo: uno dedicado a adorar al cava.