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Cala de Santa Ponça

Calvià, Balears/Islas Baleares

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La playa de Santa Ponça tiene esas maderitas que unen el inicio de la arena con la orilla del mar. Y es un invento necesario: la playa es de unos diez metros de ancho, aproximadamente y, antes de llegar al agua, se pueden quemar los pies. Aquí se tiene en cuenta la movilidad y hay pasarela adecuada para la discapacidad. Es también un lugar galardonado con bandera azul, ideal para los que no quieren arriesgarse con los fondos marinos y tampoco con el bolsillo, porque el parking es gratuito. La playa, blanca y larga, está rodeada incluso en sus flancos por viviendas vacacionales, pero éstas alternan con zonas frondosas de pinos. Tiene gran afluencia pero, con la gran longitud que tiene, hay sitio para todos.