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Playa de Pals

Pals, Girona/Gerona

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De arena dorada, la Playa de Pals es la playa de la vela, o al menos de quienes practican este deporte náutico. Sus aguas suponen la gota que colma el vaso del deleite a la visita de un municipio con historia para regalar. Amplia, extensa, semiurbana y con una alta ocupación, su oleaje es fuerte las más de las veces. La modesta belleza de su paisaje corre a cargo de las urbanizaciones de poca altura y de  las Islas Medes, una naturaleza un tanto salvaje, con dunas y plantaciones de arroz. Al levantarse aire se captan los brillos de las altas antenas de una emisora de radio. La armonía aguarda entre sus aguas frías y a la sombra de sus bosques de pino. Agradable zona de paseo, es un perfecto telescopio para captar los matices del amanecer por el horizonte. Empieza en la punta de la Playa del Racó y termina en la Playa de Fonollera, en Begur. Se le llamaba antiguamente “el Grau”, lo que viene a decir “el puerto”. En algunas zonas se puede practicar nudismo.