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Condumio de conejo

De dragos y volcanes

Actualizado: 19/04/2016

En la falda del Teide, el paisaje es pura naturaleza mientras en villas aledañas, como Icod de los Vinos, la arquitectura insular está repleta de tradiciones y sabor, como el del Condumio de conejo. Esta ruta recorre el extremo noroccidental de Tenerife, donde no faltan tubos volcánicos, jardines de plantas milenarias, un castillo e impresionantes vistas al océano Atlántico.

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La ruta

El territorio de Icod de los Vinos,situado en las faldas del Teide, es un municipio fértil y agrícola, rico en vinos, labores y crianzas. Por toda la comarca se siente el olor de su cocina, abundante en sabores especiados y contundentes. Uno de sus platos más emblemáticos es el Condumio de conejo, macerado en ajo y otros condimentos aromáticos y acompañado de las famosas “papas arrugadas”. Cuentan que fueron los cazadores de la zona los primeros que guisaron el conejo con papas, ajo y especias para recuperar fuerzas después de las largas jornadas de campo. Lo tomaban acompañado de los vinos que han hecho famosa a esta localidad tinerfeña, Vidueño y Malvasía, variedades cuyo cultivo se remonta al siglo XVI. Un plato delicioso que podemos degustar en las jornadas gastronómicas que desde 2010 se celebran en abril en Icod de los Vinos, comienzo de esta ruta por los confines noroccidentales de la isla de Tenerife.

La localidad cuenta en su casco antiguo con uno de los símbolos canarios: el centenario drago que figuraba en los billetes de mil pesetas. El magnífico ejemplar, que tiene una antigüedad de ocho siglos, está situado en un jardín contiguo a la casa del Drago y podemos contemplarlo desde la plaza de Andrés de Lorenzo Cáceres, lugar donde se celebra la fiesta que cierra las jornadas del Condumio de conejo. Muy cerca, y a pie, llegamos a la parroquia de San Marcos Evangelista, templo de comienzos del siglo XVI que posee una de las imaginerías más ricas del archipiélago e interesante Museo de Arte Sacro. En los alrededores, la plaza de la Pila tiene numerosas mansiones de los siglos XVII al XIX y un pequeño jardín botánico donde contemplar las especies naturales más singulares de la isla. Además, este municipio canario tiene otros encantos: es el que más fiestas tradicionales mantiene, con los “hachitos” y los cabezudos de Las Canales o el diablo y la diabla de Las Angustias. Los aficionados al senderismo que prefieran las atracciones naturales pueden trasladarse hasta la gruta del Viento, el tubo volcánico más grande del planeta.

Desde Icod de los Vinos tomamos la carretera que sigue la costa y llegamos hasta las inmediaciones del puerto deportivo de Garachico, señalado geográficamente con su característico roque, Monumento Natural. La localidad fue el puerto principal de la isla hasta que la erupción del volcán Arenas Negras, en 1706, cegó su entrada. Es imprescindible recorrer su casco histórico con casas señoriales y templos religiosos.

Junto a la zona de baño del Caletón se alzan los gruesos muros del único castillo de la comarca, el de San Miguel, del siglo XVI. Callejeando desde ahí llegamos a la plaza de la Libertad, delimitada por la casa de los marqueses de la Quinta Roja y el exconvento de San Francisco, actual Casa de la Cultura y Ayuntamiento, cuya iglesia conserva un magnífico artesonado mudéjar. Para contemplar el camino andado, nada mejor que llegar hasta el mirador del Emigrante, que nos ofrece las mejores panorámicas de la villa y del Atlántico.

Piscinas naturales en Garachico.
Piscinas naturales en Garachico.

Icod de los Vinos cuenta en su casco antiguo con uno de los símbolos canarios: el centenario drago que figuraba en los billetes de mil pesetas

Desde Garachico la carretera avanza entre explotaciones bananeras hasta llegar a Los Silos, que recibe su nombre de un viejo convento en honor a Santo Domingo de Silos. En la plaza, y distinguiéndose del resto de edificaciones, el perfil neogótico de la iglesia de Nuestra Señora de la Luz, obra del arquitecto Estanga, se levanta majestuoso. Si la visita a Garachico coincide en domingo será necesario acercarse hasta el animado mercado que se celebra semanalmente. En él podemos comprar buenos productos de la tierra y disfrutar del ambiente y la gente de la localidad.

Buenavista del Norte, siguiente parada, se extiende alrededor de su iglesia de Los Remedios, del siglo XVI, y su plaza. Severiano Ballesteros diseñó en 2003 el campo de 18 hoyos de Buenavista Golf, situado a los pies del mirador del Fraile, junto a la costa. Desde aquí parte un nuevo camino que lleva hasta el faro y la punta de Teno, una de las joyas naturales de la isla. Al edificio, decorado con las típicas bandas rojas y negras, podemos llegar caminando sin problema por un sendero de madera que atraviesa el paisaje volcánico. Antes de seguir rumbo a Masca podemos detenernos en el mirador de Baracán, punto de partida de numerosas rutas senderistas por el macizo de Teno.

Siguiendo el itinerario, se muestran los impresionantes barrancos del caserío de Masca, ubicados dentro del Parque Rural de Teno. Este pintoresco lugar, declarado Recinto Etnográfico y Arquitectónico, es una de las mejores muestras de arquitectura natural de Canarias y uno de los sitios más visitados de la isla. Desde allí podemos poner punto y final a la ruta con una última excursión para disfrutar del paisaje: el descenso desde el barranco de Masca hasta el mar.

El sabor

Para elaborar el Condumio en casa hay que hacerse con un conejo. El siguiente paso es limpiarlo y trocearlo, para sazonarlo con sal y pimienta blanca. Después se pone aceite abundante en una sartén para dorar las papas (mejor negras), sazonarlas y reservarlas al calor. Según se van friendo los trozos de conejo, se pasan a un caldero. Para preparar la salsa se pica la cebolla y se dora lentamente en el aceite sobrante en la misma sartén durante tres minutos. Se incorpora el pimiento rojo y verde, lavado y picado, y a continuación el tomate, dejándolo hacer unos siete minutos. Se añade el pimentón, la pimienta blanca, el orégano, el vinagre y el vino y se deja cocer un cuarto de hora a fuego suave. La salsa se tritura sobre el conejo y se deja cocer unos diez minutos. Por último, se añaden las patatas y se guisa hasta que esté tierno. El plato se deja reposar otros diez minutos y se sirve. La carne magra del conejo hace que este plato tenga un nivel bajo de grasa. Junto a la carne, las verduras de la salsa aportan además un alto contenido en proteínas de buena calidad, minerales como el hierro, zinc y vitaminas hidrosolubles del grupo B.

Condumio de conejo.
Condumio de conejo.

Más información

Qué comprar

Casi resulta imposible estar en las islas y no probar el Mojo Canario como acompañamiento en alguno de los platos de los restaurantes en los que paremos a coger fuerzas. Si nos gusta su sabor, son numerosas las tiendas de ultramarinos que lo venden preparado. Ya sea la variedad roja o la verde, su sabor es siempre una opción para acompañar la carne y el pescado una vez en casa.

Visita obligada

El Museo de Malvasía, en Icod de los Vinos, es una visita obligada para degustar los famosos caldos de la Denominación de Origen Ycoden Daute Isora. Además de las catas, el centro hace un homenaje a la uva de la Malvasía y también a todo lo que rodea al mundo del vino, con retratos de poetas, escritores y artistas que rindieron tributo al vino a través de la historia.

Fiestas

En las Jornadas del Condumio de Conejo, que se celebran durante dos semanas en abril, nueve restaurantes de Icod de los Vinos incluyen el plato en sus cartas. El último día, estos establecimientos lo ofrecen en la plaza de Andrés de Lorenzo Cáceres. Las jornadas se completan con la Fiesta Canaria del Paseo de las Tradiciones y con la Exposición de Escaparates por la Cultura.

Alojamientos

La Quinta Roja, en Garachico, es un encantador hotel rural ubicado en una tradicional casona insular. Sus galerías de madera de tea, el fluir del agua de la alberca del patio y los artesonados nos acercarán al paraíso. El Hotel Barceló Santiago, con vistas a los acantilados de Los Gigantes y La Gomera, es un alojamiento destinado a poner a prueba los sentidos, porque si las vistas desde el hotel son espectaculares no lo es menos su gastronomía.

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