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El Palacio de Viso del Marqués.

El Palacio de Viso del Marqués (Ciudad Real)

No es broma: marinos en Despeñaperros

Actualizado: 11/09/2016

Puede parecer irónico toparse con marineros de la Armada en plena Mancha. Eso es lo que se encuentra el viajero si se desvía unos kilómetros de la Autovía A-4. Pero tiene su sentido toparse en Viso del Marqués con el Archivo General de la Marina. Esta es la curiosa intrahistoria que se remonta a épocas quijotescas.

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Hoy solo quedan cinco militares de la Armada en la localidad. Aunque llegó a haber unos 150, según nos explica uno de ellos en nuestra visita al palacio que aloja el archivo. La razón de que estos soldados se encuentren a cientos de kilómetros del puerto más cercano, hay que buscarla en el hombre que yace entre los muros de este insólito lugar.

El almirante que edificó el palacio fue calificado por Cervantes en El Quijote como el "jamás vencido". Se trata de Álvaro de Bazán. El escritor había servido a sus órdenes en la galera Marquesa, una de las que dirigía Bazán en la batalla de Lepanto. Su estrategia al frente de una parte de la flota fue decisiva para derrotar a la armada turca.

Palacio de Viso del Marqués. Foto: Manuel Ruiz Toribio.
Palacio de Viso del Marqués. Foto: Manuel Ruiz Toribio.

Uno de los guías del palacio nos muestra la capilla del Palacio, en la que se encuentra el féretro con los restos de Bazán. En ella nos explica que si el histórico marino no hubiese fallecido justo cuando se encontraba preparando la Armada Invencible, en Lisboa, quizá hoy el inglés no sería el idioma internacional. Aunque suene exagerado, es posible que Bazán hubiese cambiado el curso de la historia en aquella campaña. Al fin y al cabo es cierto que no conoció la derrota en las batallas en las que participó. Además, Felipe II lo relevó en el lecho de muerte por el inexperto Alonso Pérez de Guzmán, del que incluso se dice que se mareaba al viajar en barco.

¿Cómo terminó un palacio de reminiscencias italianas donde la Meseta Central se encuentra con Sierra Morena? La gente de Viso del Marqués lo explica con este dicho: "El Marqués de Santa Cruz hizo un palacio en el Viso, porque pudo y porque quiso". Lo cierto es que Bazán, nombrado Marqués por Felipe II, encontró en los límites de La Mancha una ubicación estratégica para poder desplazarse a los puertos de Cartagena, Sevilla y Lisboa.

Palacio de Viso del Marqués. Foto: Manuel Ruiz Toribio.
Foto: Manuel Ruiz Toribio.

En la Plaza del Pradillo, coronada por una escultura de Bazán, se encuentran el palacio y la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. Nada hace presagiar viendo la austera fachada del edificio lo que albergan sus muros. Según nos explicó el guía, la intención inicial era que la fachada estuviese cubierta de mármol. Pero los descendientes de Bazán no tuvieron medios o interés para terminarla conforme al plan original.

Estatua en Viso del Marqués. Foto: Manuel Ruiz Toribio.
Estatua en Viso del Marqués. Foto: Manuel Ruiz Toribio.

Construido el palacio en el siglo XVI, resulta sorprendente su excelente estado de conservación. Los principales daños en el edificio los causó el terremoto de Lisboa de 1755, que provocó que el edificio perdiese las cuatro torres que lo coronaban.

Las huellas de aquel temblor de tierra se dejan ver por varias estancias. El techo del salón principal es uno de los pocos lugares que no está decorado con frescos, pues el original se desplomó tras el sismo. Se sospecha que allí podía estar representada la batalla de Lepanto, pues no hay ni rastro de ella en el resto del edificio. Algo muy extraño si tenemos en cuenta que están representadas otras batallas de Bazán y que ésta fue la más importante. De hecho Cervantes la calificó como "la más memorable y alta ocasión que vieron los pasados siglos, ni esperan ver los venideros".

El edificio también sufrió con la llegada de las tropas francesas a la localidad en el siglo XIX. Incluso llegó a utilizarse como almacén de grano. El final del declive vino cuando la Armada se hizo cargo del palacio en 1948. Desde entonces se alquila a los descendientes del marino por una peseta al año, un pago que comenzó haciéndose con los billetes en los que precisamente aparecía representado Álvaro de Bazán.

Al entrar por sus puertas son muchos los elementos que atrapan la atención del visitante, como las enormes esculturas de Neptuno y Marte que se encuentran en las suntuosas escaleras o el espectacular patio central. Pero si hay algo verdaderamente sorprendente son los frescos, que están por todas partes. Incluso en el interior de una chimenea. Una gran parte de los 8.000 metros cuadrados de pinturas que pueblan paredes y techos están perfectamente conservadas. En algunas pinturas se pueden encontrar detalles tan interesantes como la historia mitológica que explica, como si de un cómic se tratase, el relato mitológico sobre el origen de la osa menor, la constelación en la que se encuentra la estrella polar y que durante siglos fue el faro con el que se guiaban los marinos en alta mar.

Numerosos documentos de la Marina. Foto: Manuel Ruiz Toribio.
Numerosos documentos de la Marina. Foto: Manuel Ruiz Toribio.

La importancia del archivo es enorme, pues en él está recogida documentación que va desde el siglo XVII hasta la Guerra Civil. De sus estanterías por ejemplo salieron documentos decisivos para lograr ganar España la batalla judicial a la empresa Odissey sobre el tesoro de la fragata Mercedes.

No obstante, Silvia López, la directora técnica del Archivo General de la Marina, nos cuenta en la visita por las instalaciones que es posible que los documentos terminen siendo trasladados a Madrid. Entre otras cosas porque es complicado para los investigadores llegar a la localidad. Mientras paseamos entre estanterías plagadas de cartas de navegación, cuadernos de bitácora y hojas de servicio de miles de marinos, López nos cuenta que al instalarse el archivo en Viso del Marqués no había ni una una pensión para acoger a los que querían consultar sus fondos.

Numerosos documentos de la Marina. Foto: Manuel Ruiz Toribio.
Numerosos documentos de la Marina. Foto: Manuel Ruiz Toribio.

Hoy encontramos alguna casa rural y un establecimiento con todas las comodidades para visitar el pueblo y el entorno natural de Despeñaperros: la 'Hospedería la Almazara', un edificio del siglo XIX ubicado a escasos metros del Palacio. En él además hay un restaurante en el que es posible degustar gastronomía manchega. Aunque si buscamos conversación una gran idea es tomar unas tapas en los bares de la plaza.

Desde allí podemos vigilar cuando abre sus puertas la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, en la que durante siglos estuvo Bazán enterrado. En sus paredes podemos observar el llamado lagarto del Viso, que no es otra cosa que un cocodrilo disecado traído por Bazán a la localidad tras uno de sus viajes. Otro rastro de los vientos marinos que soplan en este rincón de la Mancha.

Lápida. Foto: Manuel Ruiz Toribio.
Lápida. Foto: Manuel Ruiz Toribio.

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