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El pasado minero de Puertollano

Puertollano, Ciudad Real

Puertollano es la puerta de entrada a una de las zonas más hermosas de Castilla-La Mancha: el Valle de Alcudia. Una inmensa llanura de más de cien kilómetros de longitud en la que en su día hubo innumerables pozos mineros. Hoy duermen casi olvidados. A no demasiados kilómetros de la localidad también se encuentran las milenarias minas de mercurio de Almadén, que tras cerrar en 2002 fueron declaradas Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco.

En esta localidad manchega conviven el mundo rural y la arqueologia industrial, con el complejo petroquímico de Repsol. Los impresionantes restos de los pozos mineros rodeados de ovejas que se ven en sus inmediaciones, conforman un paisaje con una cierta atmósfera de western. De hecho, recorrer el rico legado de arqueología industrial de los alrededores de la población puede ser bastante estimulante. Sobre todo para los que practican el senderismo y los que gustan de encontrar rincones olvidados montando en bicicleta.

A las afueras, es recomendable visitar el Museo de la Minería, en cuyo interior se recrea con gran realismo varias galerías de una mina de carbón. La extensión de esta recreación confunde a los sentidos, pues uno llega a creer que se encuentra a cientos de metros de profundidad. Entre los detalles que más llaman la atención están sus logradas maquetas. Gracias a ellas es posible hacerse una idea de cómo fue la localidad en el momento de mayor auge de la minería, cuando la ciudad no tenía tren de alta velocidad pero sí tres estaciones de ferrocarril.

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