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Recorre el pueblo de Eduardo Manostijeras

Losar de la Vera, Cáceres

Bien podría ser el hogar de Eduardo Manostijeras, un rincón mágico que invita a sumergirse de pronto en una extraña fantasía. Porque es plantar el pie en Losar de la Vera, enclavado en el corazón de La Vera, la comarca cacereña de piedra, agua y pimentón, y comprobar cómo los setos adoptan formas maravillosas: figuras geométricas, dragones, cabras montesas, elefantes, pirámides, botijos, personajes con sombrero, niños en bicicleta y hasta el mismísimo Pato Donald. Toda una colección de esculturas vegetales que son la seña de identidad de esta localidad rodeada de poderosas gargantas y piscinas naturales.

¿Quiere esto decir que Losar se inspiró en el personaje de Tim Burton? Pues no, y de hecho, se le adelantó unos 15 años. La tradición de esculpir los arbustos se remonta a 1972, cuando un jardinero vecino decidió animar la calle principal con semejantes virguerías. Desde entonces, y con una sabiduría que se va transmitiendo a las generaciones posteriores, la imaginación vuela en sus jardines.

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