Festival Internacional de Cine de Sitges

Sitges, Barcelona

Llegaban de todos los lugares del mundo. Reptando por el alcantarillado, atravesando incorpóreos los pirineos, andando sedientos de cerebros humanos, degollándose a su paso, no había manera de frenarlos. Recorrían las calles modernistas de Sitges, trepando por las paredes de cal de Fonollar, inmiscuyéndose en el palacio Maricel, convirtiendo en sangre y desasosiego a aquel que comprara la entrada para admirarlos. Y es que, en octubre, Sitges se vestía palmo a palmo de terror y fantasía, desde su puerto hasta el paseo marítimo, para recibir a sus adeptos creando uno de los mayores universos de encuentro, exhibición, presentación y proyección del cine fantástico de todo el mundo.

Casi 50 años lleva Sitges celebrando el Festival Internacional de Cine y con ello recibiendo a los personajes más extraños de las películas. El puerto de Aigualdoç de la ciudad, el resto del tiempo discreto y bello, se alza después de verano como punto de encuentro de zombies, muertos, psicópatas y toda clase de monstruos, durante unos días del mes que le sigue a septiembre, creando su particular octubre sangriento. El Auditori, el cine El Retiro y el cine Prado se reparten en sus diferentes pantallas y salas de exposiciones a estos duendes del mal, abiertos de par en par a ser observados por cualquier amante del cine de terror. Mientras que los más sangrientos, entre ellos, degolladores, asesinos y locos en general los recoge 'Brigadoon', la parte del festival que proyecta a los personajes del cine Gore. En esta sección, la serie Z se alza como protagonista en una una cita que aprovechan los más "freaks" del cine dejando a un lado el tipo más comercial.

Un encuentro al que asisten más de 180.000 personas de todo el mundo, y que convierte a Sitges en escenario mundial de premieres de gran renombre.