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Playa de Platja de L’Home Mort

Sitges, Barcelona

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En el sector oeste de Sitges, en la playa del Hombre Muerto, yo, el viento de Poniente, vago a mis anchas, entre las palmeras, rozando la hierba o moviendo el agua que me deja ver su fondo poco profundo, formado por pequeñas rocas y arena. Incluso si ese día me siento más fuerte me impulso y observo las vías del tren que pasan justo por detrás de esta playa. Los días de mayor tranquilidad, que son casi todos, me acuesto en la arena blanca de esta costa naturista y entro limpio en los pulmones de los visitantes que vienen desnudos a descansar del ruido del centro. Aunque ellos a veces tardan en llegar, yo los echo de menos y les guío desde lo alto para acercarles a esta cala de tan difícil acceso, que estrecha lazos con una hermana, la playa de Roses, en las que muchas veces también me cuelo. Otras ocasiones me meto debajo de la vía del tren para encontrarme con la playa Desenrocada, algo más pequeña pero casi igual que las otras, y en la que puedo permitirme arrancar las sombrillas de la arena. Yo, viento de Poniente de estas playas.