Fiestas del Santo Cristo y San Vicente Ferrer

Graus, Huesca

Repican las campanas, a las 12 del día 12. Una cancioncilla popular invita a la fiesta al son de la gaita aragonesa. Los gigantes y cabezudos se mueven entre un desfile de carrozas que dan paso, durante cuatro días, a múltiples actos caracterizados por la tradición en el marco de la bellísima Plaza Mayor de Graus. Son las fiestas patronales en honor del Santo Cristo y San Vicente Ferrer, de origen medieval y declaradas de Interés Turístico Nacional.

Cae la tarde sobre Graus y la tradición manda esperar a los gaiteros en el puente de Abajo (el puente romano de Graus), donde los vecinos les reciben entre el ruidoso sonido de los trabucos y los danzantes que bailan a su alrededor. Es hora de comenzar “la Llega”, al son de las gaitas y el ruido de los trabucos se recorren las casas de Graus recogiendo donativos para las actividades realizadas por la Cofradía del Santo Cristo, y a cambio, se les ofrece el “cordoné” (flecos del manto del Santo Cristo). Tras la recaudación se inicia el camino hacia la iglesia, acompañados de las dulces canciones pastoriles de las “albadas”, historias de romances y gestas medievales que también han sido entonadas de madrugada. Todo Graus se ha llenado de color y de alegría. Los hombres se visten con pomposos encajes, sombreros floreados, medias, guantes y collares, y danzan el “baile de las espadas”. Más tarde se unirán mujeres en el “baile de las cintas”, donde el típico traje baturro toma el relevo a las flores y los encajes. Mientras las cintas de hombres y mujeres se entrelazan, gigantes, cabezudos y caballezs (vecinos disfrazados de caballos) se mezclan con los asistentes, y sobre sus cabezas gira el 'Furtaperas' (un muñeco 'condenado' a dar vueltas en la fachada del Ayuntamiento durante los días de fiesta). El final lo pone la 'Mojiganga', donde los grausinos, entre disfraces y bromas, hacen un repaso satírico de todo lo que ha sucedido en su pueblo a lo largo del año.