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A Teixeira

Donde el Sil se transforma en monumento

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El espectáculo de los Cañones del Sil comienza en A Teixeira. Este municipio ourensano de la Ribeira Sacra es el lugar donde el gran río abandona el valle por el que discurre cada vez más encajado para adentrarse en un rotundo paisaje de paredes verticales y bancales con viñedos. Este ayuntamiento cuenta con gran cantidad de lugares privilegiados para otear en todos sus ángulos tan monumental belleza. Los miradores más populares son el de Pedra do Sol, el de Cristosende, el de A Teixeira y el de Xirás, un pueblo que además conserva un conjunto de antiguos hornos comunales. El encajonamiento, o encañonamiento, del río propicia la existencia de un microclima que permite que entre especies autóctonas prosperen en las vertiginosas laderas otros árboles poco comunes en los montes gallegos, como son los cipreses, los olivos, los naranjos o los sauces. Pero es el teixo (o tejo), árbol sagrado de los celtas, el que da nombre al término municipal.

Y todo esto se puede ver desde lo más hondo del cañón, con un paseo en catamarán que se inicia en el puente de A Abeleda, o a través de diversos caminos que enlazan los pueblos. Una ruta que suele proponerse en A Teixeira parte del propio pueblo y permite conocer miradores y representaciones del patrimonio local como son la capilla de Santa Catalina, iglesias como las de Abeleda (siglo XVII) y Montoedo (XVIII), la bella aldea de Lumeares con su airoso puente, sus hórreos y otros elementos etnográficos, y los valores paisajísticos por los que los cañones del Sil son Lugar de Interés Comunitario.

Otros miradores de excepción son algunos de los pazos (Abeleda, Lumeares, Cristosende y Pedrafita) construidos en las pendientes ribereñas. En el punto donde el río Mao acaba muriendo en el Sil, se puede practicar escalada debido a la verticalidad del terreno. Es una zona con embarcadero, playa fluvial y área recreativa en la que merendar, por ejemplo, algunas de las delicias locales como son las castañas y la bica (una especie de bizcocho autóctono, pleno de sabor). Para acompañar, orujo o licor café de la zona, o vino propio de la Denominación de Origen Ribeira Sacra. En el lugar conocido como A Peñiza abre al público A Casa do Viño, una antigua escuela transformada en museo.