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Adanero

Azulones, un Murillo y hasta telégrafo óptico

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Localidad de algo más de 200 habitantes a 38,8 km de Ávila y situada, junto a la frontera provincial de Segovia, en un nudo de comunicaciones.

A pesar de su modesta población actual, muestra un pasado pujante en su patrimonio arquitectónico: casonas de dos plantas con el clásico ladrillo visto y tapial encintado (alguna, reconvertida en alojamiento rural); edificios de estilo neomudéjar, tan frecuente en el XIX, como el ayuntamiento, coronado por un reloj y una peculiar estructura metálica con veleta y campana; el conjunto de la plaza Mayor; y el palacio de los Condes de Adanero, con una gran portada barroca labrada en granito, y curiosamente anexa a un costado del edificio.

También se nota esa importancia en la arquitectura religiosa. La iglesia de Nuestra Señora de la Asunción es un álbum de estilos con la peculiaridad de que tiene espadaña y además torre campanario. La portada barroca recuerda lo monumental de la del palacio de los Condes y el interior es un museo de arte y artesanía: espectaculares artesonados en las naves, órgano barroco, enormes arcos de granito que separan y sujetan las naves permitiendo una vista panorámica, un gran retablo barroco restaurado en los años noventa. Y un cuadro de Murillo (la Virgen, el Niño y Santa Ana). La presencia de un óleo con semejante firma es rara pero no única en el entorno. El cercano pueblo de Martín Muñoz de las Posadas (Segovia) custodia un Greco y una espectacular talla en mármol obra de Pompeyo Leoni. 

De los mil y un lavajos que tenía no hace mucho La Moraña, quedan unos pocos permanentes. A las afueras de Adanero, el de San Antón da posada a colonias de azulones y otros tipos de ánades y sirve de parada a varias especies migratorias. Muy cerca, hacia el este, se extiende una masa de pinares junto al río Voltoya y su vegetación de ribera.

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