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Adiós

En las faldas del Perdón

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Se encuentra a 25 kilómetros de la capital de Navarra, en la falda meridional de la Sierra del Perdón, una barrera natural entre la Cuenca de Pamplona y la ribera de la Comunidad. Fundamentalmente agrícola, llegó a ser un importante pueblo vitivinícola antes de que llegara la filoxera, el insecto que acaba con las vides.

La iglesia parroquial de San Andrés, en uno de los extremos del pueblo, es lo más reconocible. Construida en el s. XVI, conserva dos de los tres retablos que el escultor Martín de Echeverría, del taller de Pamplona, había tallado hacia 1632: el mayor y otro colateral dedicado a la Virgen del Rosario. Entre la iglesia y el pueblo se sitúa un crucero datado en 1897. En el camino hacia Muruzábal descansa la ermita de San Cristóbal, sobre un pequeño montículo, a cierta distancia del pueblo.