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Ahigal

Leyendas, magia y riquísimo folclore en la alta Extremadura

Las comarcas altas de Extremadura son tierra abonada para las leyendas y la magia, pero en pocos lugares alcanzan tanta fuerza como en esta población de Ahigal que, enmarcada por el río Alagón, desde antiguo, tiene fama –ganada o inventada, que hable la tradición– de ser tierra de brujas, magos y seres de ultramundo de todo tipo. Su riquísimo folclore, con bodas que duran dos días o brujas reencarnadas en gallos que se subastan durante las fiestas del Cristo, marca su carácter.

La historia del municipio es tan rica como sus tradiciones. Se encuentran aquí grabados rupestres, estelas funerarias, pinturas zoomorfas y restos romanos. Un cóctel que, unido al paso del Camino de Santiago, hizo de Ahigal en tiempos una industriosa población. Prueba de ello son los lagares y molinos que asoman aún en algunas de sus calles. De las tres ermitas del pueblo, la de los Santos Mártires, la barroca del Santísimo Cristo de los Remedios y la de Santa Marina, mima la leyenda a la última, que nos dice que fue edificada sobre un un templo romano. El punto de encuentro para los lugareños desde hace siglos es, también, uno de los mayores atractivos de Ahigal: se trata de la cruz renacentista que, levantada en 1559, adorna la Plaza de la Iglesia, edificada entre los siglos XV y XVII bajo la advocación de Nuestra Señora de la Asunción.

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