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Alarcón

El Medievo se mira en el Júcar

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Viajar a Alarcón es hacerlo a un pasado de caballeros, castillos, intrigas palaciegas… Porque este rincón de Cuenca lo es todo dentro del turismo existente en la provincia, y, posiblemente, la localidad medieval con mejor sistema defensivo en España, con unas vistas espectaculares a las Hoces que forma el río Júcar en sus alrededores desde los miradores de San Juan o de la Peña. El medievo se refleja en el Júcar y en la villa, por cuyas calles el viajero descubre cómo era un enclave medieval gracias a su castillo-fortaleza de origen musulmán, hoy totalmente restaurado y convertido en Parador Nacional. La muralla que protege al casco urbano se mantiene casi íntegra, y el visitante tiene tres puertas para atravesarla: del Campo, del Calabozo o del Bodegón.

Una vez dentro, y sin que la imponente Torre del Homenaje del castillo deje de vigilar a locales y turistas desde las alturas, hay que llegar al otro extremo del pueblo para comprobar que el arte y la cultura van también de la mano de la historia en Alarcón. En la iglesia de San Juan Bautista el viajero se encuentra con las Pinturas Murales de Alarcón, declaradas de Interés Artístico Mundial por la UNESCO y cuyo autor es el artista contemporáneo Jesús Mateo. Esta corriente artística encuentra continuidad en el Museo del Ruso, con exposiciones a disposición de todos los que quieran adentrarse en él. La tradición la ponen la Iglesia de Santa María y su retablo renacentista y la iglesia de Santo Domingo de Silos, cuya portada es la más antigua de Alarcón. Y para explorar extramuros y disfrutar del pantano, el viajero tiene que fijarse (más que mirarse) en el curso del Júcar. 

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