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Alfoz de Lloredo

Casas solariegas entre aromas de limoneros

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Entre la playa de Cóbreces y el aroma de los limoneros de Novales, discurre Alfoz de Lloredo, cruzado por el Camino de Santiago de la Costa, cuyos peregrinos se alojan en la hospedería de la Abadía Cisterciense de Viaceli. Ese camino es heredero de la romana Vía Agripa, en un municipio habitado desde el Paleolítico, como confirman los restos de cuevas como la de Cualventi en Oreña. Alfoz de Lloredo mantiene el espíritu de la Cantabria rural en barrios diseminados en los que no faltan las clásicas casas solariegas como las de Cossio y Goméz Carandía en Toñanes. En esta localidad, después de un paseo agradable entre verdes prados junto al mar, se puede disfrutar de los acantilados de El Bolao, de los más bellos de la zona. Y en Cigüenza, a un kilómetro de la capital Novales, en un paraje en el que nadie diría que se puede encontrar un templo de tal entidad, a la vera de un pequeño regato, se levanta la imponente iglesia barroca de San Martín, de aire colonial, cuya construcción financió Juan Antonio de Tagle Bracho, un indiano natural de Cigüenza que hizo fortuna en Perú. Monumento excepcional, está declarado Bien de Interés Cultural. Enfrente, en un estado casi ruinoso, se levanta la casa de la condesa de Tagle, del siglo XX, reflejo de esplendores pasados.

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