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Astorga

Gaudí, entre el Camino de Santiago y la Vía de la Plata

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Como la chistera del mago de la que salen objetos increíbles, como el bolso infinito de Mary Poppins, como una ciudad encantada, Astorga tiene mucha magia. En esta ciudad, León ha encontrado un duro contrincante en términos de belleza. Dos de los caminos históricos más esenciales de la península confluyen en Astorga: el Camino de Santiago y la Vía de la Plata. El Palacio Episcopal, obra de Gaudí, sorprende en Astorga con sus formas modernistas de cuento. Su historia es curiosa. En 1886 un incendio destruyó la residencia episcopal y el obispo de Astorga, Juan Bautista Grau Vallespinó, encargó a su paisano de Reus, Antonio Gaudí, la construcción del nuevo palacio. En 1889 comenzaron las obras, pero el fallecimiento del obispo detuvo temporalmente el proyecto. El arquitecto García Guereta fue definitivamente el encargado de llevar las obras hasta el final. El edificio, pese a su nombre, jamás llegó a ser utilizado como residencia episcopal y desde 1964 alberga el Museo de los Caminos. Junto al Palacio Episcopal, la maravillosa catedral medieval de Santa María de Astorga (tres siglos llevó su construcción) y la muralla romana integran un triángulo de oro artístico al que es imposible no rendirse. Y si a todo ello le rodea un profundo aroma a chocolate, mejor que mejor. Porque Astorga tiene un gran vínculo con esta industria. Se dice que en Astorga había en 1914 nada menos que 49 fábricas de chocolate. Podremos ser testigos de ello en el Museo del Chocolate de la ciudad, que nos mostrará documentación, fotografías y todo tipo de utensilios que intervienen en la elaboración de este tradicional dulce.

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