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Ateca

Calles pintorescas con aroma medieval

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En la ribera del río Jalón, justo donde confluyen otros dos ríos (el Manubles y el Mesa-Piedra) se encuentra la localidad zaragozana de Ateca. La historia envuelve cada recoveco de este municipio, cuyo recinto medieval desprende un sabor que traslada a la época musulmana. Lo atesoran tres de las antiguas puertas de acceso a la antigua villa (la de las Fraguas, la del Arial o San Miguel y la de Ariza), así como el castillo que se levanta en lo alto del casco antiguo. La fortaleza, totalmente rehabilitada y que hoy se dedica a la hospedería, data del siglo X. Ateca está jalonada de numerosos templos y pequeñas ermitas. De entre todos ellos sobresale la iglesia mudéjar de Santa María (siglo XVI), en cuyo interior se encuentra un precioso retablo dedicado a la Virgen. En la sacristía se conserva un Cristo gótico y diversas piezas de orfebrería con siglos de historia. También se remonta al siglo XVII la Iglesia de San Francisco, con un interesante retablo mayor.

Otro de los tesoros arquitectónicos de la localidad es la Torre del Reloj (siglo XVI), de estilo mudéjar y decoración renacentista, que se eleva en un extremo del castillo. El Renacimiento dejó otra huella imborrable en el edificio de la Casa Consistorial, una imponente construcción civil de estilo aragonés con soportales y galería de arcos de medio punto. Ateca está muy vinculada a las hazañas del caballero medieval Rodrigo Díaz de Vivar. En su exilio, el Cid se estableció en el cerro Torrecil de Ateca para asediar y conquistar el asentamiento musulmán de Alcocer. Este episodio ocupa un buen número de versos en el 'Poema del Mío Cid'. Además de arte y cultura, en Ateca se ubica el Centro de Interpretación Puerta del Manubles, dedicado a los ríos y la naturaleza de este precioso entorno, atravesado por 11 rutas verdes, ideales para recorrer a pie.

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