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Bailo

La custodia del santo grial

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Una localidad bañada por dos ríos, Aragón y Asabón, y separada por un monte que muestra toda la belleza de la zona de la Jacetania. Históricamente se trata de un lugar de paso, un enclave fronterizo que lo convirtieron tanto en centro neurálgico de compraventa y trasiego constante de visitantes, como en fuerte militar en tiempos de disputas.

Esto ha dejado un interesante patrimonio en el que destaca la iglesia de San Fructuoso, anteriormente de San Pedro, de la que se dice que custodió el Santo Grial en el siglo XI. Cada año, la localidad celebra unas jornadas de recreación histórica en las que rememoran el paso de la reliquia por el pueblo.

El visitante podrá probar el pan que elaboran en este municipio y comprobar si, tal y como presumen, es uno de los mejores del mundo.

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