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Barbadás

Pueblo de Orense con encantos intactos

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Dos realidades bien distintas conviven en Barbadás: el núcleo urbano de A Valenzá, casi un barrio más de Ourense capital, con sus edificios urbanos, y los núcleos rurales tradicionales, como Sobrado do Bispo, Bentraces y Piñor, que conservan intacto todo su atractivo. Por el norte alcanza Barbadás las riberas meridionales del Miño; por el sur, zonas de media montaña que ascienden hasta los 635 metros en el Alto dos Castros.

Sobrado do Bispo forma en sí mismo un impresionante conjunto monumental, con construcciones de los siglos XVI y XVII y muestras de arquitectura tradicional gallega alrededor de la Iglesia de Santa María, templo de origen románico del siglo XIII y retablo barroco del XVII. En lo alto se encuentra la Casa da Mitra, construida por mandado de un obispo de Ourense como residencia de verano, ya en el siglo XVII, y hoy sede de una comunidad de religiosas.

A pocos metros de esta joya, otra: Bentraces y su casco antiguo, con sus típicas casas que se buscan entre sí en el centro de las calles. Destaca el espectacular Pazo de Bentraces, del siglo XV, antigua residencia episcopal del Monasterio de Celanova, transformado en casa señorial y hoy dedicada al turismo rural. Construcción en fora de 'L', destacan su portalón, sus escudos, las chimeneas barrocas y su jardín.

En la parroquia sureña de Loiro se encuentra la iglesia más antigua del municipio, dedicada a San Martiño, del siglo XII, y en la que destaca su fachada con arco. Y al norte, en Piñor, sobresalen su pazo, la Iglesia de San Lourenzo y la Ermita de San Bieito. Aunque su construcción es del siglo XX la tradición la sitúa ya en la Edad Media, lo que la convierte en una de las ermitas rurales más antiguas de Galicia. Cada 11 de julio acoge la Romería de San Bieito.

Para los amantes del senderismo, el municipio cuenta con importantes rutas. La Ruta Cova do Lobo, circular de 16 kilómetros, llega hasta la Ermita de San Bieito pasando por la impresionate Pedra do Tangaraño, enorme pieza granítica donde, según la tradición, brotan aguas milagrosas. El paseo llega hasta Os Muíños, una aldea abandonada donde podemos disfrutar de su cascada. Otra senda más larga y exigente, la Ruta dos Castros, de 22 kilómetros, permite recorrer buena parte del témino municipal, pasando por el regato dos Muíños.

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