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Botija

Variopinta fauna y restos arqueológicos en una extensa dehesa

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Enclavado en una de las dehesas más grandes de la comarca de Montánchez, no debe sorprender cuando se pasea por las inmediaciones de Botija el toparse con garduñas, zorros, tejones e, incluso, con huidizas cigüeñas negras. A un par de kilómetros del pueblo está el Yacimiento de Tamusia, de la Edad del Hierro, que susurra el pasado más recóndito de una población que se fundó como tal, tras ser reconquistada, allá por 1236. La fama le vino durante décadas a Botija por sus aguas medicinales. De ellas solo queda el recuerdo en las ruinas del antiguo balneario. En el pueblo sobresale la estampa de la Iglesia de Santa María Magdalena, del siglo XVII, que perteneció a la Orden Militar de Santiago. Una excursión que el visitante no debe perderse en una visita a Botija es la que lleva hasta el Mirador del Guijorro, una elevación de fácil acceso que regala la mejor panorámica del pueblo y de sus alrededores.

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