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Calzadilla

La leyenda del lagarto gigante

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En la comarca del Valle del Alagón no se entiende Calzadila sin sus dehesas. En dos de ellas –la de La Zarzuela y la de El Rebollar–, entre alcornoques, encinas, rebollos y mestos campan ciervos y gamos. En otra dehesa, en la de Los Tesoros, hay un castro celta y tumbas que se creen visigodas o medievales. Y en la zona de El Chivote los romanos buscaron y encontraron oro. La austera y sobria Iglesia de Nuestra Señora de la Consolación, de la segunda mitad del siglo XV, es el monumento más importante de la localidad, y solo por echar un vistazo a su pila bautismal, del siglo XVI, merece la pena invertir tiempo. En la Ermita del Santo Cristo de la Agonía se guarda una talla de finales del siglo XVI que se saca en procesión cada tercer o cuarto fin de semana de septiembre, en unas animadas fiestras patronales donde el otro protagonista es el burranco, un plato tradicional que se sirve en esos días elaborado con carne de burro. ¡Diferente!

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