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Candelario

Belleza en cuesta

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Atrapada por las cuestas, debido a la zona montañosa en la que se encuentra, Candelario respira tranquilidad y aire limpio. La Naturaleza brinda la oportunidad de bellos recorridos, como los de la Ruta Hoya Moros, que –siempre que se tenga un buen fondo–, permite subir y llegar hasta el nacimiento de uno de los ríos más significativos que hay en Candelario, el Cuerpo del Hombre, un afluente del Alagón.

De vuelta al municipio, la visita al Museo Casa Chacinera permite conocer la tradición de la matanza del cerdo y la producción de uno de sus productos estrella, el chorizo. El paseo por las calles de Candelario llevará a la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, bella y encalada, mezcla de estilos y grande en proporciones, protagonista en las fiestas patronales en honor de la Virgen de la Candelaria, cuya guinda es un concurso en el que se regala un roscón.

Decía el refrán que "casa con dos puertas, mala es de guardar", pero no es el caso de Candelario, pues sus viviendas tienen dos puertas, pero una después de la otra. La que llama la atención es la de fuera, solo de media altura, que tenía varios usos: por un lado, protección contra la nieve y las visitas sorpresa del ganado; por otro, una función de 'jaula' para la matanza: el propietario podía dar el golpe de gracia al animal sin temor a golpes o mordiscos.

En la plaza Mayor, una cruz de piedra y bellísimos balcones en flor proporcionan un lugar donde relajar las piernas y contemplar la cal y la madera, con las montañas de fondo.

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