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Cañete

Un Medievo muy vivo

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Para el viajero amante del Medievo, Cañete es una parada obligatoria, un salto al pasado sin quitar el ojo a la naturaleza y la tranquilidad de la Serranía de Cuenca. Sus callejuelas le acercan al recinto amurallado árabe, que se despliega del castillo que vigila desde lo alto. Estamos en un punto de impresionantes vistas, como las que brinda La Picota en compañía de la imagen del Sagrado Corazón. La muralla discurre en algunos tramos junto al Paraje Natural de El Postigo, que llama al visitante con el sonido de sus cascadas. A ellas podremos llegar atravesando la Puerta de la Virgen, que junto a la de las Eras y la de San Bartolomé permite el paso por la muralla.

De nuevo en el casco histórico, declarado conjunto histórico artístico, la Plaza Mayor porticada mantiene el sabor medieval, así como sus templos –las iglesias de Santiago, San Julián y la Ermita de la Virgen de la Zarza– en una villa que cada verano revive su esplendoroso pasado en las jornadas medievales de La Alvarada, en honor de su ilustre hijo, Don Álvaro de Luna.

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