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Carrión de los Condes

Referencia del peregrinaje a la antigua

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Carrión de los Condes nos obligará durante unos días a convertirnos en un antiguo peregrino medieval que, rumbo a Santiago de Compostela, atraviesa localidades rebosantes de buena historia y cultura. Sin prisa alguna, con los ojos bien abiertos y disfrutando de las vistas sobre el río Carrión y la vegetación circundante, entraremos en el municipio por el Puente Mayor, del siglo XVI, que sustituyó al original románico del siglo XI. Carrión de los Condes exhibe con un orgulllo un ramillete de edificaciones religiosas que pondría en un apuro a cualquier visitante a la hora de elegir. Pero no hay razón para hacerlo. Tan bella es la Iglesia de Santiago, románica del siglo XII, que antaño contaba con un cercano hospital hoy reconvertido en Museo de Arte Contemporáneo, como la renacentista Iglesia de San Andrés Apóstol, donde cada año se celebra la misa solemne del Corpus Christi. E igual de hermoso es el Santuario de Nuestra Señora de Belén, que, además, cuenta con un espectacular mirador natural. La sed es algo consustancial en la actividad de un peregrino y podremos calmarla en el Pozo de la Salud o de los Peregrinos, en la entrada del monasterio de Santa Clara, que cuenta con un importante Museo de Arte Sacro. Otra referencia indiscutible de Carrión de los Condes es el Monasterio de San Zoilo, de origen románico, con un claustro plateresco en el que podemos perdernos contemplando profetas, apóstoles y otros tantos personajes bíblicos. La propia villa, además, es gran muestrario de arquitectura civil de todas las épocas. Cada día podemos conocer una. De la noble Casa del Águila a la antigua morada de los Girón, de aspecto clasicista y uno de los pocos supervivientes al gran incendio de 1811. Y de ahí a la Casa de la Cultura, con su fachada rosada y adornada de escudos, antigua cárcel en el siglo XVI. El Teatro Sarabia y la Ermita de la Cruz, construida sobre la antigua Sinagoga de los Herreros, completan los muchísimos puntos de interés de Carrión de los Condes, paso obligado para los peregrinos que siguen el camino francés a Santiago de Compostela.