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Cenlle

El latido caliente de la Tierra

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En la comarca de O Ribeiro, a orillas del Miño y famoso desde épocas antiguas por sus aguas termales, Cenlle es uno de esos lugares donde la provincia de Ourense revela que está más cerca del centro de la Tierra. Aguas caldas que emergen con toda la energía del subsuelo recordándonos que el planeta late bajo nuestros pies. La zona termal de Barbantes, rodeada por un amplio espacio ajardinado para disfrutar del paisaje de las riberas del Miño, es de uso gratuito: tres piscinas en las que las aguas oscilan entre los 21ºC y los 26ºC dependiendo de la época del año, para recomponer huesos, articulaciones y epidermis.

Además, en Cenlle aguarda el Balneario de Laias, con unas instalaciones modernas, construido en 2001 y continuador de la tradición (el primero se construyó en la década de los 50, pero fue engullido por el embalse). Este complejo termal aprovecha las aguas minero medicinales (bicarbonatadas, fluoradas, sulfurosas y litinadas) con temperaturas de hasta 50ºC tanto para fines medicinales como lúdicos.

Muy cerca del centro termal, resiste a los avatares del tiempo, a los gustos cambiantes y a la rotunda huella del negocio hidroeléctrico Santa Baia de Laias, antigua iglesia parroquial dedicada a Santa Baia (Olaia o Eulalia) y considerada, gracias a un privilegio especial, ‘refugio sagrado’ para los fugitivos. Fue erigida en el siglo XI pero modificada varias veces y dejó de funcionar como templo parroquial en 1971, afectada también por el embalse. Sus puertas se abren para la procesión de San Bieito (11 de julio).

También en arquitectura religiosa destacan el santuario barroco de Nosa Señora de Areas (s. XVIII), con un robusto campanario con balcón, y la iglesia parroquial de Razamonde, con importantes restos románicos del XIII, como su puerta meridional. En cuanto a la arquitectura civil, Cenlle conserva el pazo de Riobó, del XVIII, con muralla, capilla y un gran portalón de entrada de estilo barroco compostelano.

Las vistas más espectaculares del Miño se tienden a los pies del visitante desde San Sadurnín. Además, es recomendable una excursión hasta A Cova da Moura, una de las galerías que formaban parte de un complejo sistema de ingeniería con el que los romanos llegados hasta el Miño extraían oro de las entrañas de la comarca. Y cómo no, las bodegas del vino de Ribeiro (Alecrín, Adegas Cenlle, Casal de Virmadeus, Quinta do Rebolo o Viña Carpazal) que dan alegría con sus caldos a la Festa do Viño Tinto a principios de junio y forman la médula espinal de la Ruta das Adegas.

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