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Cillorigo de Liébana

El latido del tiempo

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Segundo a segundo nos damos cuenta de la fugacidad de la vida. Sin embargo, en Cillorigo de Liébana parece haberse detenido el tiempo. Permanece y no es fugaz. No pasan los minutos. La herencia de su pasado sigue intacta en cada una de las 18 poblaciones que lo componen. El municipio cuenta con una de las iglesias más impresionantes del país, Santa María de Lebeña (Lebeña), que desde su construcción, en el siglo X, vigila el territorio en un enclave que parece diseñado por los sueños. Más de un milenio después, el templo mozárabe se conserva de manera inalterada. También en la localidad, aunque compartido con otros municipios, se da cita uno de los accidentes geográficos destacados de los Picos de Europa. Es el desfiladero de La Hermida formado por la acción minuciosa del río Deva. Han pasado varias horas desde que empezamos a descubrir el lugar, pero aún habrá que dedicarle tiempo a admirar el palacio de Bedoya-Soberón (San Pedro de Bedoya) que constituye una de las muestras de arquitectura civil más sobresalientes o descubrir la popular celebración de San Tirso (Ojedo) a finales de agosto. Cillorigo de Liébana está formado por un conjunto de poblaciones ancladas en un pasado mágico y protegidas por una naturaleza que no entiende del paso del tiempo.