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Colindres

Villa de profunda tradición marinera

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Villa de profunda tradición marinera desde que se tiene recuerdo –fue sede, por ejemplo, de uno de los más importantes astilleros reales en los siglos XVI y XVII–, Colindres es nudo de comunicaciones entre Santander, Bilbao y Burgos y salida de la meseta al mar. Sin embargo, esta condición de cruce de caminos vive ajena a la vida de la villa que mantiene la tranquilidad de antaño. Ubicado en la desembocadura del Asón, el municipio se divide en el Colindres de Arriba, en la ladera de una colina, y Colindres de Abajo, en el llano, junto a la ría. En el de Arriba el paseo lleva a la Cantabria hidalga, con edificios de interés como la iglesia de San Juan Bautista y un buen número de casonas levantadas en su momento de esplendor en la construcción de barcos, como los palacios de Gil de la Redonda y del Contestable o las casas de Agüero, Villota o Cachupín. Después de un par de siglos de crisis, Colindres recupera su esplendor a finales del XIX, gracias a su burguesía emprendedora, formada por indianos llegados de ultramar. Y así lo refleja su riqueza arquitectónica en el barrio de Abajo, con un buen legado de edificios modernistas. Sin olvidar el puente de hierro de principios del XX diseñado por la Factoría Eiffel y que sobrevuela las Marismas de Santoña, Victoria y Joyel, parque natural de indudable riqueza ornitológica.

 

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