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Cortegada

Cortegada, baños termales sobre el Miño

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A sólo 10 kilómetros de Portugal y en la ribera izquierda del Miño, que lo separa de la provincia de Pontevedra, se sitúa Cortegada. Famosa por sus aguas termales, declaradas de utilidad pública ya en 1869, fue incluso conocida como Cortegada de Baños.

Cuenta Cortegada con dos balnearios, uno de ellos un palacete modernista de 1937, restaurado, cuya balconada cuelga sobre las aguas del Miño. La construcción del embalse en la década de los 60 anegó parte de sus instalaciones, pero una parte de los manantiales se recuperó mediante perforaciones. A unos 500 metros río abajo, otro balcón para asomarse al Miño, el mirador de O Coto da Pena, construido en madera sobre un macizo rocoso.

También a orillas del río, la Aldea da Barca, antiguo paso del Camiño Real a Castilla, que los vecinos tuvieron que abandonar por la construcción de la presa tras la compra por Unión Fenosa y cuyas 12 edificaciones de piedra aguardan hoy por un proyecto privado interesado en recuperarlas.

En arquitectura religiosa sobresalen la iglesia de Santa María de Cortegada, de estilo neogótico, y el santuario de San Bieito en Rabiño; cerca de éste un humilladero, ambos del siglo XVI, que perteneció al monasterio de San Salvador de Celanova. Merece la pena detenerse el templo barroco San Martiño de Valongo, construido gracias a Domingo Fermín de Vergara, que llegó a ser arzobispo de Santa Fe (Bogotá).

Para disfrutar la arquitectura civil, hay que visitar el Pazo dos Cid en Cortegada y el Pazo dos Sarmiento en Meréns, además de las escuelas financiadas por el indiano Guillermo Álvarez Pérez y reformadas para acoger varias sedes municipales.

Perteneciente a la comarca de O Ribeiro, el municipio acoge bodegas interesantes. En algunas de ellas organizan visitas, tienen tiendas para el público y, en algún caso, hasta una tapería.

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