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Espot

Encanto todo el año

Se llaman Pequeño y Gran Encantado y son las dos agujas que han prestado su silueta al Parque Nacional de Aigüestortes y Estany de Sant Maurici, en el término municipal de Espot. También adjetivan la sensación que nos quedará cuando visitemos esta pequeña localidad del Pirineo, en la que da igual si hace sol o nieva: tiene recursos para todos los climas. Tras informarnos en la casa del parque nacional, donde podremos ver alguna exposición sobre los atractivos del entorno, planearemos una ruta senderista por los monumentos naturales del parque, una escalada a estos dos picos majestuosos o una excursión al río Escrita, cruzando el puente románico de La Torrassa. Todas harán las delicias de un verano placentero. En invierno, disfrutaremos de los paisajes nevados y de la estación de esquí de Espot, donde practicar este deporte por sus pistas o participar en el kilómetro vertical Vall de Peguera, una carrera virtual.

Sin importar el tiempo atmosférico, el patrimonio cultural de Espot permanece inalterable. Las ruinas del castillo de Llort, un recinto inexpugnable que aprovechaba la ventaja natural de un cerro para defender el lugar, muestran el pasado medieval que la Torre dels Moros, del s. XI., confirma desde la propia carretera por la que nos acercamos al municipio. Una visión que ya preparaba para la belleza singular de la iglesia de Santa Leocadia, original del s. XII. a la que el barroco del s. XVII dejó su huella. Un paseo por el caso histórico de Espot o por el pequeño núcleo de Estáis, que forma parte del municipio, nos dejará como al monumento natural que es el emblema del lugar: encantados.

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