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Granada

Conserva los aromas de su pasado

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Granada, todavía con aromas de su pasado árabe, esconde en sus rincones, como en una casa encantada, multitud de leyendas, cuentos y curiosidades que han corrido de boca en boca hasta convertirse en sus señas de su identidad. Boquiabiertos se quedan todos quienes escuchan estas historias, pero también quienes contemplan monumentos como la Alhambra o el Generalife, declarados Patrimonio de la Humanidad. También quedarán maravillados quienes visiten el Parque de las Ciencias o quienes se atrevan a esquiar en Sierra Nevada. La belleza y el olor a azahar emanan al pasear por el barrio del Albaicín, de callejas estrechas y empinadas, o por La Alcaicería, embajada de los mercados de África. El pasado árabe se retrata en el Carmen de los Mártires, parque erigido sobre mazmorras musulmanas, o en El Bañuelo, baños árabes que no fueron destruidos tras la Reconquista. La cristiandad, finalmente, llevó a Granada su catedral y la Capilla Real. Los tiempos modernos trajeron cosas nuevas a la ciudad. A ellas dedicó palabras y versos Federico García Lorca, que cuenta con una casa museo en esta localidad que brilla con luz propia en el mapa mundi. 

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