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Hiendelaencina

La llamada de la plata

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Tiene esta localidad del parque natural de la Sierra Norte una vida ajetreada. Por sus tierras estuvieron los romanos y dejaron su huella en los poblados de Membrillera, el Villar y el puente sobre el río Bornova; luego pasaron los musulmanes y tras ellos llegó la Reconquista: El Cid, la repoblación del rey Alfonso VI y asentamientos pastoriles, que se datan en el siglo XI. En 1269 fue la primera vez que se la cita en documentos escritos.

Hiendelaencina vivió un periodo de esplendor a partir de 1844, fecha en la que se descubrieron minas de plata. La fiebre por este metal tuvo un efecto llamada: miles de personas –se dice que llegó a tener 5.000 habitantes– acudieron hasta este municipio a trabajar en las minas. Toda la historia sobre esta actividad minera se puede descubrir en el museo minero y el Centro de interpretación de la minería (abierto los fines de semana) y en la página www.elpaisdelaplata.es. Ahora, de la minería solo quedan las ruinas de las minas y un monolito conmemorativo de su descubrimiento.

La iglesia de Santa Cecilia, levantada en el siglo XIX, durante el auge minero, es una construcción sencilla con un curioso campanario que se eleva en cinco niveles.