{{title}}
{{buttonText}}
1 /

Liendo

Un apacible valle bajo los acantilados

Compartir

Liendo se encuentra en un valle cerrado por los más altos acantilados de Cantabria al norte y por el polje llamado Ojo de Rucueva en Isequilla, uno de los trece barrios que componen este municipio cántabro. Llegados hasta aquí, merece la pena acercarse hasta la Ermita de San Julián, en ruinas, desde donde se accede a la pequeña cala del mismo nombre, para contemplar este apacible valle en su conjunto, con los caseríos diseminados entre pastos y pequeños bosques. Liendo, lugar de veraneo selecto, cuenta con notables edificaciones que conviven con el clásico caserío del Oriente de Cantabria. La Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, en la capital, Hazas, es el monumento religioso más notable. A su alrededor se establece el entramado comercial y hostelero de Liendo.

La otra cala de Liendo, Sonabia, se encuentra en el extremo opuesto de su línea de acantilados, a la sombra de la cima que los corona, el Monte Candina, en un paraje de gran belleza. Ya en el interior, en el barrio de Villaviad, se encuentra la Ermita de San Andrés, en un bucólico entorno, a la que se accede tras cruzar un puente de piedra medieval. Liendo es pueblo de canteros notables que trabajaron en los siglos XVI y XVII en Castilla y América, como el que construyó esta ermita de Villaviad, Rodrigo Gil, que entre 1525 y 1555 ejerció en las colonias americanas, en Santo Domingo, donde fue maestro de obras de la catedral y levantó las iglesias de La Merced y de San Francisco.