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Manacor

La perla de las Islas Baleares

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Llegar a Manacor provoca maravillosas dudas en el visitante. ¿Es realmente arena lo de sus playas? ¿Es un mar turquesa y transparente o es tal vez una ilusión paradisíaca? Manacor es la segunda localidad más grande de la isla de Mallorca, la capital mundial de las perlas y uno de los rincones con más encanto del Mediterráneo.

Divisar los dominios del municipio desde un globo aerostático es una experiencia inolvidable y altamente recomendable si se vence el inevitable respeto que provoca. El sueño es accesible desde el Globódromo Son Parot. Poco a poco se presentará a vista de pájaro la esbelta figura de la Iglesia Nostra Senyora dels Dolors que, con su planta de cruz latina, bendice a toda la ciudad. Unos metros más adelante, más afianzados en la cesta del globo, surge el santo patrón San Vicente Ferrer que vigila Manacor desde lo alto de la fachada de su iglesia. Durante el vuelo, la Torre del Homenaje del Antiguo Palacio Real recuerda que la ciudad manacorí fue residencia de reyes medievales que decoraban sus cuerpos con perlas. El piloto, al conectar los quemadores, hará ganar altura para ver quizá como Els Moretons recorren las calles de la ciudad danzando sus siete bailes a ritmo de charangas.

Pero queda más. Tal vez lo mejor. Ver desde el cielo a los bañistas buceando entre las azules aguas de la playa del Caló des Moro es un espectáculo de primera magnitud. Y qué decir de las cuevas dels Hams, joya de Manacor que, en sus entrañas, tienen mucho que explicar sobre la evolución de la humanidad. Un último avistamiento queda en el recorrido. Es la playa de Cala Magraner, un entorno natural privilegiado flanqueado por altas y rocosas paredes salpicadas de esforzados escaladores. Ya en pleno descenso, cuando los quemadores de fuego suavizan su intensidad y se ha perdido el miedo por completo, el navegante está deseando volver a repetir una experiencia que jamás olvidará.

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