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Nuévalos

A tiro de piedra de un emblemático monasterio

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Bañado por las aguas de los ríos Piedra y Ortiz, el municipio zaragozano de Nuévalos es un ejemplo de contradicciones turísticas. Después de Zaragoza, es la localidad más visitada de toda la provincia, pero sin embargo casi todos los viajeros pasan de largo por este municipio camino del vecino Monasterio de Piedra, ubicado a algo más de tres kilómetros. Pocos turistas deciden tomarse su tiempo para visitar esta localidad, de menos de 400 habitantes, injustamente desconocida por el brillo cegador del vecino monasterio. Por eso es tiempo de reivindicar Nuévalos, cuya belleza podemos divisar desde las alturas que ofrece la Torre del Homenaje de su antiguo castillo. Desde allí tendremos una imponente panorámica del Pantano de la Tranquera y su embalse, 'salpicados' ambos por pescadores que plantan sus cañas esperando la captura de buenas piezas. Junto al castillo se encuentra el Palacio de los Comendadores, una edificación del siglo XVII que actualmente alberga la Casa Consistorial del municipio. Nuévalos es de una belleza sencilla y humilde, que a veces es la mejor de las bellezas. La modesta Parroquia de San Julián y Santa Basilisa, coronando el valle del río Piedra, es testigo de ello. Y las ermitas. Hay varias en Nuévalos. La Ermita de los Diegos, de la que ya solo quedan las ruinas en la orilla izquierda del río Piedra. También está la Ermita del Cristo del Valle y la de Nuestra Señora de los Alvares. El curso del río nos obsequiará con uno de los más bellos paisajes de la provincia de Zaragoza. Las aguas han excavado aquí cañones y han dado forma a la roca caliza que, a nuestro paso, adquirirá caprichosas formas naturales. 

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