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Oímbra

Vino, pimientos y Carnaval para todos

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Cuando uno cree que ya ha visto lo más granado del Carnaval ourensano, descubre que ahí al lado, todavía en la zona de influencia del famoso triángulo mágico de las fiestas formado por Laza, Verín y Xinzo de Limia, el pequeño municipio de Oímbra mantiene viva su propia y sorprendente tradición. Los vecinos de este ayuntamiento que se toca con Portugal festejan como el que más el Entroido (o Carnaval), con el Lunes de Bodegas (Luns de Adegas) y la fiesta de Os Fachos, dos genuinas manifestaciones que cada año atraen a más participantes. El Lunes de Bodegas es una jornada en la que todo aquel que se presente en el pueblo disfrazado es convidado a degustar el vino de la casa (Oímbra pertenece al área de la Denominación de Origen Monterrei), viandas derivadas del cerdo y postres típicos de la época. Podrá realizar esta cata durante toda la tarde hasta la medianoche, a lo largo y ancho del centenar de bodegas (y bajos y garajes habilitados para la ocasión) que los vecinos del lugar abren por la fiesta. La celebración de Os Fachos es nocturna y rebosa belleza plástica. Los vecinos cargan con enormes antorchas de paja (los fachos), más altas que ellos mismos, en medio de la oscuridad.

El paisaje de Oímbra está determinado por el río Támega, que desemboca en el Duero ya en Portugal, y sus bellos afluentes generosos en pozas y cascadas, que aportan su agua al embalse de As Chas. El Támega tiene un área recreativa, que no es la única que ofrece este ayuntamiento inmerso en la naturaleza y dedicado a los trabajos del campo. Para conocer el territorio, existen varias rutas adecuadas para bicicletas todo terreno (BTT) como la llamada Vuelta a Oímbra y el itinerario Los colores del vino. Pero seguramente la propuesta más interesante es la bautizada como Ruta de los lagares rupestres, que hace un completo recorrido arqueológico y etnográfico por una bimilenaria tradición vitivinícola. El recorrido parte de las inmediaciones del consistorio y toca muchos pueblos, siguiendo el mapa de los 15 lagares rupestres hallados de momento en Oímbra, que la convierten en el municipio gallego que más restos de este tipo ha identificado.

Ya en el apartado del patrimonio arquitectónico, en Oímbra existen pazos como el situado en la plaza Mayor de la capital, que fue residencia de descanso de los condes de Monterrei. A la iglesia de Santa María se llega por un tramo de la vía romana, uno de los abundantes vestigios de la época que se han localizado y aún se siguen encontrando en este ayuntamiento fronterizo. No obstante, la parroquia del pueblo de Bousés, renacentista del siglo XVII, es para muchos la edificación más interesante. Además, se conservan en buen estado varios cruceiros antiguos; uno de ellos, el de San Cibrao (mediados del XVIII), está considerado uno de los mejores de la diócesis de Ourense.

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