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Os Blancos

Tras las huellas de la cruel Reina Loba

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La leyenda cuenta que en Os Blancos, en un paisaje a más de 1.100 metros sobre el nivel del mar poblado de descomunales rocas en equilibrio, tenía su castillo una monarca feroz y despiadada, la Reina Loba. No se han hallado las piedras de esa fortaleza medieval, pero un topónimo señala con precisión el lugar exacto donde la tradición popular situó (o imaginó) su emplazamiento. Son los Penedos da Raíña Loba (los peñascos de la Reina Loba), en Aguiar (Covas), un escenario casi onírico de formas pétreas labradas por milenios de transformación geológica e intemperie. Este enclave forma parte de una atractiva ruta de montaña entre el ayuntamiento de Os Blancos y el vecino de Calvos de Randín, por el alto de O Cebreiro, las ruinas de un antiguo foso de lobos y el Penedo da Fatiga, en una continuidad de sorprendentes formaciones graníticas.

Otra de las joyas del pequeño municipio de Os Blancos está en la localidad de Ouvigo y se trata de los restos de un antiguo santuario paleocristiano dedicado a San Breixo, también conocido aquí como o santo vello (“el santo viejo”). Alrededor de esta iglesia en ruinas hay una antiquísima necrópolis. Muy cerca de este enclave está el pazo de Arroxo, una bella casa solariega con escudo de armas y torre.

En todos estos lugares manda una naturaleza generosa en robles y castaños, además de pinos y brezos en las cotas más altas. En las zonas más bajas del ayuntamiento de Os Blancos, en la zona de influencia del río Eiroa o Mouril, además de las especies caducifolias se extienden los prados y los labradíos. El producto estrella de estos campos es la patata. Este municipio de A Limia se corresponde con una de las subzonas amparadas por la Indicación Geográfica Protegida Patata de Galicia. En Os Blancos se cosechan los tubérculos de la variedad Kennebec y son, con el resto de las cultivadas en A Limia, unas de las patatas más demandadas en la comunidad gallega.