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Paderne de Allariz

La paz a tiro de piedra

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“En Paderne le ofrecemos calidad de vida”, reza uno de los lemas repetidos por el consistorio. Y es cierto que este municipio se ha quedado ahí, como un remanso de paz, en medio de otros Ayuntamientos mucho más bulliciosos, poblados y urbanizados. Todo está a tiro de piedra de Paderne: Ourense capital, a unos 10 kilómetros. Allariz, a 14. Maceda, a 11.

Paderne de Allariz se brinda como contrapunto a la ciudad, como paisaje natural y lugar de residencia idóneo para quien trabaja en los polígonos urbanos. Y además ofrece unos cuantos enclaves rebosantes de personalidad, como el conjunto de hórreos de Vilameá o las viejas canteras de Rioseco, metamorfoseadas en laguna. Entre el patrimonio arquitectónico, una iglesia destaca sobre las demás, San Pedro de Figueiredo, de origen románico; pero también hay que citar las de San Salvador de Solveira y San Lourenzo de Siabal, ambas barrocas pero muy diferentes.

Además están los pequeños pueblos. Paderne está salpicado por decenas de núcleos de población que conservan bellos elementos etnográficos como cruceiros, hórreos, molinos, hornos y viviendas tradicionales en las que las viejas piedras, las gastadas escaleras musgosas, siguen hablando de quienes las usaron. Existen tres rutas de senderismo, Rioseco, Peneras y Saa, que ayudan a conocer estos lugares con encanto.

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