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Tudela

Hermosa villa medieval de tres culturas

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Descubriremos Tudela en un entorno dominado por el contraste absoluto. El municipio navarro se encuentra a caballo entre el paisaje árido de las Bardenas Reales y el vergel de sus huertas. Por el patrimonio que posee, es obligatorio que recorramos a pie esta ciudad de origen medieval y casi será también obligatorio no salir de ella sin haber probado su excelente gastronomía, en especial sus verduras. El río Ebro vertebra la vida del municipio con su gran puente de piedra del siglo IX, compuesto por 17 arcos. A simple vista, impone ya la majestuosa Catedral de Santa María, construida sobre las cenizas de una antigua mezquita. También lo hace, aunque en tono más humilde, la Iglesia de Santa María Magdalena. Dentro de sus murallas, el casco antiguo de Tudela evoca al visitante un legado de cuatro siglos con huellas árabes, judías y cristianas. La Torre Monreal y su centro de interpretación nos aportará las claves sobre los orígenes y crecimiento de esta mescolanza cultural. También allí encontraremos la única cámara oscura de Navarra, un dispositivo que gira 360 grados y que capta la imagen de la zona que rodea a la torre en tiempo real. Serpenteantes y llenas de pasadizos, las callejas del casco son un vivo relato sobre la historia de la ciudad. La Plaza de los Fueros, amplia y bulliciosa, nos abre paso a edificios barrocos, casonas solariegas, palacios, cinco iglesias, tres conventos y dos ermitas. A poca distancia, desde la Plaza del Mercado, podremos contemplar el Palacio del Marqués de Huarte y su impresionante escalera imperial. Si disponemos de tiempo, sin duda habrá que subir hasta el cerro de Santa Bárbara, donde se encuentra el monumento del Sagrado Corazón y los restos del castillo cristiano medieval. Desde ese mirador podremos contemplar las mejores vistas de Tudela. 

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