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Valencia de Alcántara

Encuentro

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Esta localidad es toda ella un encuentro. Encuentro de España y Portugal, ya que se halla en la frontera. Encuentro de religiones, por su barrio judío-gótico en el que coincidieron semitas, cristianos y árabes durante la Edad Media y que guarda entre sus conservadas callejuelas la Sinagoga de Valencia de Alcántara. Encuentro de campo y urbanización debido a su centro histórico más concentrado de casitas blancas y a sus aldeas que se extienden a lo largo de la campiña extremeña. Encuentro de gentes que celebran sus tradicionales fiestas: la de San Isidro -de interés turístico regional- en la que el Santo va montado en un tractor, la de San José Obrero y sus reivindicativos carteles y muñecos de paja, y la de la Cruz de mayo en la que los vecinos muestran crucifijos engalanados con flores. Encuentro cultural de música -Festival Ruta Rock-, teatro -Festival de Teatro Clásico de Alcántara- y gastronomía -día de la Tenca, un sabroso pez autóctono-. Valencia de Alcántara es también encuentro de apasionados por el senderismo debido a sus clásicos caminos del contrabando; la ruta del Molino de la Negra, que discurre entre prados y torrentes, y el exclusivo parque natural Tajo Internacional.
Pero, sobre todo, Valencia de Alcántara es un encuentro de épocas. La Prehistoria es la que mejor está representada por la ruta de los Dólmenes, uno de los conjuntos megalíticos más relevantes de Europa con nada menos que 43 monumentos de roca y que han sido declarados bien de interés cultural. Una muestra de la Edad Antigua en la localidad es el acueducto romano. Por su parte, la civilización árabe dejó su impronta en las murallas y el castillo del siglo XIII en el que destacan la señorial torre del homenaje y la iglesia de Rocamador, monumento histórico artístico de transición entre el estilo gótico y el renacentista. Allí, además, se celebró en el siglo XV el que quizá sea el evento histórico más importante de la localidad: el matrimonio entre el monarca de Portugal y la hija de los Reyes Católicos. Esta fecha se recuerda anualmente con la fiesta de la Boda Regia, un viaje al final de la Edad Media en todos los sentidos: música, ambientación y representaciones. Posterior es el convento de Santa Clara del siglo XVI, donde hoy día reside el Museo Etnográfico Local y la oficina de turismo. Aparte, en lo alto de un promontorio cuajado de naturaleza, se encuentra la ermita de Nuestra Señora de los Remedios de finales del siglo XVII, patrona del pueblo.