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Villavieja de Yeltes

Un entorno protegido alrededor del río Yeltes

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Hay que buscar los orígenes de Villavieja de Yeltes en el siglo V, de cuando datan los poblamientos tardorromanos en Las Aldehuelas, Santidad y Villavieja; siendo después hogar de visigodos y mozárabes, hasta la repoblación de la zona que tuvo lugar en el s. XII, pasando entonces a ser territorio de la Orden del Temple.

La localidad ha sido arrasada y saqueada dos veces en los últimos siglos: una durante la guerra civil que mantuvieron Isabel la Católica y su sobrina Juana la Beltraneja a finales del s. XV, y otra durante la guerra de la Independencia de Portugal, a mediados del XVII. Sin embargo algunos de sus edificios principales han podido mantenerse en pie, como la iglesia parroquial, dedicada a San Pedro ad Víncula, uno de los mejores ejemplos de arquitectura gótica rural de la zona. Atención especial merece la torre, del s. XV y estilo hispano-flamenco, en la que se sitúa la puerta de acceso a la iglesia, con una bóveda de medio cañón.

Junto a la iglesia, se encuentra la plaza Mayor, una construcción reciente, del siglo XX, y forma irregular por el lado del templo, puesto que se adaptó a su fachada. La plaza es un buen lugar para iniciar un paseo por el pueblo, puesto que desde allí salen las principales calles que cruzan el mismo.

Una de esas calles lleva hasta la ermita de Nuestra Señora de los Caballeros, patrona de Villavieja, y que cuenta a su alrededor con varias cruces de piedra que forman parte de un víacrucis.

El entorno de Villavieja, con zonas declaradas como ZEPA (Zona Especial de Protección de Aves) y LIC (Lugar de Importancia Comunitaria), dentro de la Red Natura 2000, es un lugar en el que merece la pena perderse para descubrir caminos que nos lleven a disfrutar del entorno típico del oeste salmantino. De hecho, en este municipio, se encuentra La Brezosa, la mayor elevación de esta zona de la provincia, situada a 826 metros sobre el nivel del mar.

En el término de Villavieja de Yeltes también hay que destacar el río Yeltes, que le da su apellido al pueblo y que sirve de frontera natural con algunos pueblos vecinos. A lo largo de su paso por el término municipal, se pueden encontrar algunos antiguos molinos y sus pesqueras, además del denominado Puente de Hierro, una construcción metálica de finales del s. XIX que recuerda a las de Eiffel y que servía para que el ferrocarril cruzara el valle.

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