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Xunqueira de Espadanedo

Naturaleza, alfarería y el cenobio de Santa María

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Un monasterio con nueve siglos de historia; el último reducto de la alfarería en Ourense; rutas de senderismo y cicloturismo, así como vuelos en parapente, para gozar de la naturaleza; un nevero en el monte y cascadas. De todo un poco en este concello, el más al norte de la comarca de Allariz-Maceda, integrante ya de la Ribeira Sacra ourensana.

El claustro del cenobio de Santa María de Xunqueira de Espadañedo, actualmente de propiedad municipal, es obra del Renacimiento (siglo XVI), pero conserva un ala del siglo XII. El actual edificio conserva dos alas, con tres relojes de sol en sus paredes, la puerta barroca que da acceso a las dependencias monásticas y el escudo de la orden del Císter. La iglesia es de estilo románico cisterciense, y conserva su estructura original de tres naves con ábsides semicirculares en sus cabeceras, siendo la fachada obra posterior, del barroco. Declarada monumento histórico-artístico en 1981, en la capilla mayor destaca el retablo manierista de finales del XVI, obra de Juan de Angés ‘el joven’, que trabajó en el coro de la catedral de Ourense, y el monumento funerario de finales del gótico de Don Paio Yáñez de Abelenda. El actual ayuntamiento, así como la biblioteca municipal y la oficina de Correos, aprovechan una de las alas del monasterio.

Xunqueira de Espadañedo cuenta además en la aldea de Niñodaguia con el considerado último reducto de la artesanía alfarera de Ourense, oficio transmitido de generación en generación. Resisten aún algunos hornos que emplean el torno rápido de dos piezas y producen hermosos utensilios domésticos y figuras decorativas con la arcilla propia (del Monte do Barro, en Veigachá), de tono blanco, que después recubren con un barniz hasta alcanzar el tono ocre deseado. La Asociación de Amigos del Barro de Niñodaguia gestiona el museo-taller.

Como no podía ser de otra manera, en un municipio que alardea de ser uno de los que más kilómetros de monte disfruta, se aprovecharon los caminos de antaño, por donde los vecinos llevaban los animales a pacer, para crear tres rutas de senderismo y cicloturismo perfectamente señalizadas y digitalizadas, para disfrutar de sus bosques frondosos. Además, cuenta con una ruta de BTT para los amantes de la bici de montaña y es un referente entre los aficionados al parapente por sus vientos y sus paisajes.