Iglesia de San Juan

Atienza, Guadalajara

Qué ver

Preside la belleza de Atienza, y es que está al frente de la plaza del Trigo, una de las más bonitas de la villa, aunque, a decir verdad, en Atienza no hay ningún rincón que se aleje ni un centímetro de la belleza medieval. Casi parece un palacio, señorial, elegante y firme ante sus visitantes, allí espera impasible verles recorrer cada milímetro del centro de la ciudad, entrando y saliendo de los preciosos restaurantes medievales de cocina típica regional. El olor que despiden los asados, gazpachos manchegos o los humeantes cocidos impregna su fachada cuadrada y regia a la vez que le rugen las tripas, unas que suenan a órgano y a campanas. Una vez dentro se olvida de la gente y se abandona al arte que visten sus paredes, llenas de cuadros, algunos situados en el altar mayor como “El Bautismo de Cristo” o “La predicación del Bautista”; o a los estilos que componen sus muros interiores como el barroco del altar mayor y los distintos retablos con preciosas imágenes bíblicas, que confunden esta iglesia con un museo de obras de arte. Tampoco faltan las esculturas santas que podemos observar atónitos; el renacimiento se ha instalado en algunas de ellas, mientras éste intenta escuchar la misa, indiferente a la admiración que provocan las preciosas figuras entre las personas que se sientan en la bancada. Vienen a rezar conscientes de la belleza de esta iglesia, que no deja de asombrar a sus visitantes.