Ermita de Santa María de Arce

Arce/Artzi, Navarra

Qué ver

La soledad rodea la pequeña ermita románica de Santa María. Una soledad patente en todo el Valle de Arce. Solo el viento entona sonidos al deslizarse por las vetustas piedras. Santa María ocupa el centro de un manto verde de vegetación y árboles, regado por el río Urrobi, una tonalidad únicamente interrumpida por el escorzo ocre de la sierra de Labia, a su espalda. Construida en el siglo XII, al contemplarla puede pensarse que no existe un lugar mejor donde hacer un alto y meditar. Un templo en el que destaca su portada labrada con columnas a ambos lados coronadas por capiteles bellamente adornados, con formas vegetales y figuras humanas. En el centro de la fachada se puede apreciar un pantocrátor. Entre los arcos de la entrada vemos bolas y cabezas esculpidas, y numerosos canecillos adornan el alero del tejado. En su interior, además de la gran pila bautismal, llama la atención una talla gótica de la Virgen con el Niño que preside el ábside, porque es la única figura decorativa del templo.

Para llegar a esta solitaria ermita hay que dirigirse hacia Zandueta por la NA-172. Antes de llegar a esta localidad, nos encontramos con un pequeño puente sobre el río Urrobi que hay que cruzar a pie. Al final del puente, en medio del campo, se encuentra Santa María de Arce que fue declarada bien de interés cultural (BIC) en 1983.