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La Ermita de Fátima

Alpujarra de la Sierra, Granada

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El último rey de la Alpujarra, Abén Aboo, propietario del cortijo de Montenegro, mandó construir en el siglo XVII la bella ermita de Fátima para poder confesar sus pecados, pero parece que la justicia divina no pudo hacer nada por él, ya que murió decapitado. Su rica herencia fue repartida en cinco familias que cultivaron sus tierras y conservaron el templo sagrado, el cual se ha convertido en un atractivo turístico de gran reconocimiento y que venera a su patrona cada 13 de mayo con una romería por los senderos de esta tierra.
La ermita, que no supera los 30 metros cuadrados, ofrece unos suelos en gres con mosaicos dibujados, su media pared en piedra nos recuerda a la ladera de una montaña con un bello amanecer en amarillo pastel que ilumina un pequeño altar presidido por la imagen de la Virgen de Fátima, que no mide más de un metro. Sus techos con vigas de madera, a simple vista, contrastan con un exterior en piedra y una campaña de forja que al sonar se convierte en la mejor melodía que sobrevuela la Alpujarra.

 

Localización

Montenegro